miércoles, 28 de marzo de 2012

Papa mexicano



''Ahora puedo entender por qué el Papa Juan Pablo II decía 'ahora me siento un Papa mexicano'', expresó el Papa Benedicto XVI  durante su despedida, después de haber estado en México,  con sede en León Guanajuato, del 23 al 26 de Marzo.
Desde el primer minuto en que arribó SS. Benedicto a México,  cientos de miles de fieles se desbordaron de alegría y afecto al ver pasar al Vicario de Cristo.
-Benedicto amigo, los jóvenes contigo;  viva el Papa, viva Cristo rey-, eran algunas de las  porras que se mezclaban con el canto del cielito lindo y el canto a la Virgen de Guadalupe, en las interminables vallas humanas del pueblo que recibía al Papa.
A su llegada al aeropuerto el Papa expresó felicidad y agradecimiento al pueblo mexicano, a sus autoridades civiles y eclesiásticas por la invitación, y en seguida, sus primeras palabras detallaron que el objetivo de su visita era Evangelizar.
“Me siento muy feliz de estar aquí, y doy gracias a Dios por haberme permitido realizar el deseo, guardado en mi corazón desde hace mucho tiempo, de poder confirmar en la fe al Pueblo de Dios de esta gran nación en su propia tierra”.
Expresó su Santidad: “Vengo como peregrino de la fe, de la esperanza y de la caridad. Deseo confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, afianzarlos en ella y animarlos a revitalizarla con la escucha de la Palabra de Dios, los sacramentos y la coherencia de vida. Así podrán compartirla con los demás, como misioneros entre sus hermanos, y ser fermento en la sociedad, contribuyendo a una convivencia respetuosa y pacífica, basada en la inigualable dignidad de toda persona humana, creada por Dios, y que ningún poder tiene derecho a olvidar o despreciar. Esta dignidad se expresa de manera eminente en el derecho fundamental a la libertad religiosa, en su genuino sentido y en su plena integridad”.
Seguidores del Papa, provenientes del todo el mundo se mantuvieron pendientes en distintos puntos de la ciudad de León y Guanajuato; algunos esperaron más de 10 horas para verlo al menos 10 segundos.
El Papa en Guanajuato
“Valió la pena verlo como de un cerrón de ojos”, dijo emocionado una señora de la valla, mientras pausó sus porras cuan el Papa recorría la Calle de Guanajuato, previo a su encuentro con el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa.
En su encuentro con los niños  en la Plaza de la Paz en Guanajuato, el Papa les dijo “estoy contento de poderlos encontrar y ver sus rostros alegres llenando esta bella plaza. Ustedes ocupan un lugar muy importante en el corazón del Papa. Y en estos momentos quisiera que esto lo supieran todos los niños  de México, particularmente los que soportan el peso del sufrimiento, el abandono, la violencia o el hambre”.
Les dijo el santo Padre al pueblo infantil, “He venido para que sientan mi afecto. Cada uno de ustedes es un regalo de Dios para México y para el mundo. Su familia, la Iglesia, la escuela y quienes tienen responsabilidad en la sociedad han de trabajar unidos para que ustedes puedan recibir como herencia un mundo mejor, sin envidias ni divisiones.
Desde el balcón del Conde Rul, el Papa Benedicto hizo un llamado  a proteger y cuidar a los niños, para que nunca se apague su sonrisa, puedan vivir en paz y mirar al futuro con confianza.
“Ustedes, mis pequeños amigos, no están solos. Cuentan con la ayuda de Cristo y de su Iglesia para llevar un estilo de vida cristiano. Participen en la Misa del domingo, en la catequesis, en algún grupo de apostolado, buscando lugares de oración, fraternidad y caridad”, dijo Papa.
Santa Misa
En presencia de más de 600  mil personas, de la cuales habían más de 200 chiapanecos, presidió el Papa Benedicto XVI la Santa misa en la Plaza Bicentenario, en Silao. En su homilía remarcó su misión evangelizadora al  recordar que este tiempo cuaresmal  “nos ayuda a mirar muy dentro del corazón humano, especialmente en los momentos de dolor y de esperanza a la vez, como los que atraviesa en la actualidad el pueblo mexicano y también otros de Latinoamérica”.
Enfático recordó su Santidad que el Señor ‘no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva’  (cf. Ez 33,11). Un corazón puro, un corazón nuevo, es el que se reconoce impotente por sí mismo, y se pone en manos de Dios para seguir esperando en sus promesas”.
Al exhortar a no perder la Fe ni la esperanza en Dios, dijo “Se ha de recurrir al único que puede dar vida en plenitud, porque él mismo es la esencia de la vida y su autor, y nos ha hecho partícipes de ella por su Hijo Jesucristo”.
No podía faltar dentro de su discurso la presencia de la Virgen de Guadalupe, al recordar la bodas de Cana, al llamado que Ella hace a todos: «Hagan lo que él les diga» (Jn 2,5).
Cabe señalar que  previo a la Santa Misa, artistas como Pedro Fernández, Alexander Hacha entre otros, le cantaron al Santo Padre himno oficial de la visita, “Mensajero de la Paz, así como el popular canto de “Amigo” y “Cielito Lindo”, los cuales corearon ciento de miles  de feligreses.
Encuentro con los Obispos
El santo padre  habló a los obispos de México y América Latina desde la catedral  de Nuestra Señora de la Luz, en León. Previo a las vísperas, su santidad dijo a los obispos.
“Esperaba con gran ilusión este encuentro con ustedes, Pastores de la Iglesia de Cristo que peregrina en México y en los diversos países de este gran Continente, como una ocasión para mirar juntos a Cristo que les ha encomendado la hermosa tarea de anunciar el evangelio en estos pueblos de recia raigambre católica. La situación actual de sus diócesis plantea ciertamente retos y dificultades de muy diversa índole. Pero, sabiendo que el Señor ha resucitado, podemos proseguir confiados, con la convicción de que el mal no tiene la última palabra de la historia, y que Dios es capaz de abrir nuevos espacios a una esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5)”.
Llamó su santidad a que en todo esto, es particularmente importante para los Pastores que reine un espíritu de comunión entre sacerdotes, religiosos y laicos, evitando divisiones estériles, críticas y recelos nocivos.
En este camino, junto a toda la humanidad, la Iglesia tiene que revivir y actualizar  lo que fue Jesús: el Buen Samaritano, que viniendo de lejos se insertó en la historia de los hombres, nos levantó y se ocupó de nuestra curación.
Al final de rezo, el sucesor de Papa Juan Pablo II,  vía control remoto activó la nueva iluminación del Cristo Rey, ubicado en el centro del Cubilete en León.
Despedida del Papa
Como  buenos mexicanos, no podía faltar  el mariachi, del cual orgulloso porto el sombre Charro su santidad y expreso de nuevo su agradecimiento a todos el pueblo de México por su hospitalidad.
“Mi breve pero intensa visita a México llega ahora a su fin. Pero no es el fin de mi afecto y cercanía a un país que llevo muy dentro de mí. Me voy colmado de experiencias inolvidables, como inolvidables son tantas atenciones y muestras de afecto recibidas”.
Por último dio su santidad “Queridos amigos mexicanos, les digo ¡adiós!, en el sentido de la bella expresión tradicional hispánica: ¡Queden con Dios! Sí, adiós; hasta siempre en el amor de Cristo, en el que todos nos encontramos y nos encontraremos. Que el Señor les bendiga y María Santísima les proteja”.

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Paz y Bien

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